2 - En torno a la Segunda Guerra Mundial y la posguerra: Europa
Published online by Cambridge University Press: 11 May 2021
Summary
La masacre de Etobon y el contexto para las narraciones bélicas de Bertrana
Antes de finalizar la Guerra Civil española (1936–1939), en 1938, Aurora Bertrana se exilió a Ginebra, donde vivió hasta su regreso a Cataluña en 1949. La autora temía por su vida porque durante la Segunda República había participado en los proyectos políticos de la izquierda catalana y había colaborado como redactora en el semanario Campanya, de ideología comunista. Durante su estancia en Suiza Bertrana continuó escribiendo y tradujo algunas de sus obras sobre la Polinesia al francés con la ayuda de sus amigas Mme. De Montmollin y Mme. Des Goutes (Bonnín 167). Paralelamente, la autora participó en conferencias en defensa de la República, colaboró con un programa semanal en la radio Sotens de Berna, donde comentaba noticias sobre la Guerra Civil, fundó la primera banda de jazz femenina en Europa y dirigió un coro en el hospital de enfermos mentales de Perraux formada por empleados del hospital y enfermas mentales (167–68).
Después de la Segunda Guerra Mundial, Jean de Montmollin, hermano del doctor del psiquiátrico de Perreaux, le propuso a Bertrana participar en una misión que dirigían él y su esposa Erika de Montmollin (Memòries del 1935 fins al retorn a Catalunya 482). Se trataba de una organización de voluntarios subvencionada por una entidad suiza interesada en actividades filantrópicas para ayudar a los países damnificados de la Europa central. Etobon, en la Haute-Saône, Francia, fue el lugar elegido por Jean de Montmollin para llevar a cabo los trabajos de auxilio y reconstrucción. Se trataba de un pueblo en el que la resistencia había sido particularmente dolorosa y casi todos los hombres habían sido fusilados (482). En 1945 Bertrana viajó a la aldea con un grupo de hombres y mujeres de diferentes nacionalidades y distintas profesiones. Unos eran arquitectos, otros paletas, maestros/as, obreros y eclesiásticos dispuestos a colaborar en la rehabilitación del pueblo. Al principio Bertrana no sabía muy bien cómo ella, siendo escritora, podría ayudar, pero enseguida comprendió que su persona allí podría ser de gran utilidad:
al primer cop d’ull vaig comprendre que, efectivament, la meva persona podría ser allí d’alguna utilitat. El poble apareixia mig destruït, habitat únicament per dones i mainada.
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- Aurora BertranaInnovación literaria y subversión de género, pp. 111 - 180Publisher: Boydell & BrewerPrint publication year: 2016