No es coincidencia que Buenos Aires viceversa haya sido considerada una película inaugural del nuevo cine argentino. Más allá de las razones que, como hemos visto en la Introducción, hicieron finalmente de Agresti sólo un precursor de la nueva generación de cineastas, es indudable que Buenos Aires viceversa constituye una película gozne, en tanto vuelve sobre las preocupaciones centrales de la producción cultural postdictatorial (la cuestión de los desaparecidos, la necesidad de hacer el duelo y de resignificar la experiencia traumática de la dictadura, la impunidad) y las articula con aquellas representaciones sobre la Argentina que empezarán a circular cada vez con más fuerza en el cine de los años subsiguientes: las de su desintegración y pauperización. Más precisamente, la película señala una continuidad entre el pasado dictatorial y la desintegración social del presente de los noventa que representa, al volver visible el papel de la dictadura en tanto condición de posibilidad de la globalización neoliberal.

Desde su título mismo, Buenos Aires viceversa promete mostrarnos una imagen, el “viceversa,” el revés, de Buenos Aires, o mejor dicho una imagen alternativa de Buenos Aires, su lado oculto. Quisiera proponer que la película muestra que la desintegración de la trama social del país (el desempleo, los excluidos sociales, la polarización social) es el lado del revés, el viceversa de una Argentina imaginada y massmediáticamente celebrada y publicitada como una sociedad rica, globalizada y, en ese sentido, la película quiere invitarnos a ver lo que se encuentra detrás del espejo/pantalla que nos devuelve una imagen invertida de Argentina. ¿En qué consiste, entonces, ese espejo en el que Argentina contempla su reflejo distorsionado? Se trata de la imagen especular creada, como hemos visto en la Introducción, por políticas económicas como el plan de convertibilidad implementado durante el gobierno de Menem en los años noventa. Deberíamos decir, entonces, que la imagen que este espejo devuelve no es sólo una imagen especular distorsionada, invertida, sino más bien un espejismo: el espejismo neoliberal en el que Argentina vivió durante gran parte de los años noventa, mientras “se estaban instalando los índices de desocupación y comenzaba el vértigo descendente de las capas medias” (Sarlo, Tiempo 14). La película nos invita a pasar a ver qué hay del otro lado del espejo y, en última instancia, a romper el espejo y el espejismo neoliberal.