LOS capítulos anteriores se ocuparon de documentales que ilustran perfectamente la función del género en el proceso de recuperación de la memoria y en lo que sigue profundizaremos acerca de sus aspectos más sobresalientes. Como hemos visto, las entrevistas con víctimas de la guerra y posguerra alternan con breves declaraciones de historiadores (Ricard vinyes, Julián Casanova, Antonio Elorza y Francisco Espinosa, entre otros) que, en algunas ocasiones, vienen a confirmar los recuerdos de estos supervivientes, manteniendo así la tradicional autoridad del histo¬riador frente al testigo. Las palabras de los historiadores, que en muchas ocasiones son también colaboradores del equipo de redacción, aparecen estratégicamente en el montaje para, en mi opinión, dotar de legitimidad el discurso del documental. En numerosas ocasiones confirman ciertos datos proporcionados por los testigos. Algunos realizadores utilizan el montaje para establecer conexiones entre la narrativa de los testigos y la de los historiadores, que toman algún aspecto aludido por los testigos, como ocurre en La carretera de la muerte (Málaga 1937) de juan Madrid, incluido en la serie emitida por Televisión Española en 2006 y coordinada por Alfonso domingo. Además, la voz en off se sitúa por encima de los discursos de historiadores y testigos para dar coherencia y formular una postura política. Me interesa examinar las relaciones de poder entre todos estos discursos.