En 2006, en pleno apogeo del debate memorialístico, la Film Society of Lincoln Center (Nueva York) incluye la proyección de La vieja memoria, de Jaime Camino, en el programa ‘Film in Catalunya 1906–2006’. A pesar de haber conseguido el Premio de la Crítica en el Festival de Cine de San Sebastián en 1978, La vieja memoria ha tenido poca reper¬cusión crítica y escasa circulación con posterioridad. Tanto el nombre del documental como su estructura narrativa son parecidísimos a muchos de los más recientes. Valga recordar solamente tres de ellos ahora: Rejas en la memoria de Manuel Palacios, La guerrilla de la memoria de Javier Corcuera y El tren de la memoria de Marta Arribas y Ana Pérez. ¿Se trata de la misma memoria? ¿Cuáles son la ‘vieja’ y la ‘nueva’ memorias? ¿Qué significa el epíteto en la película de Camino? ¿Divergen estas perspectivas en algún sentido? ¿Cómo leemos las miradas retrospectivas a veinticinco años de distancia? Acaso sea obvio que la memoria de 1975 es ‘vieja’ comparada con la de 2005, la ‘nueva’, pero merece la pena indagar más allá de lo aparentemente elemental. Esta sección del libro concluye con el retorno a los años de la Transición, que con sus virtudes y sus defectos, se convierte en punto de referencia obligatorio para profundizar en la reflexión del boom documental actual. Emulamos, por tanto, la mirada hacia el pasado que permea nuestro corpus de investigación.