El CICR recibió con profundo pesar la noticia del repentino fallecimiento, el 20 de septiembre de 1984, de uno de sus miembros, la señorita Andrée Weitzel.

La señorita Andrée Weitzel había dedicado casi toda su vida al problema de la mujer en las fuerzas armadas.

En 1940, poco después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, ingresó en uno de los departamentos del ejército suizo abierto al personal femenino, donde prestó unos 1400 días de servicio militar activo.

En 1953, fue designada para ocupar la jefatura del Servicio Auxiliar Femenino del ejército suizo, que dirigió hasta 1976 con gran competencia y dignidad. Tenía una elevada idea de la defensa nacional y del papel que la mujer podía desempeñar en ella. Esta concepción de la defensa nacional global fue la que se esforzó por hacer compartir en torno suyo, pero no siempre fue bien comprendida. Supo aceptar las críticas con la serenidad y también con el sentido del humor que jamás la abandonaron.