No CrossRef data available.
Article contents
La llegada de los «Bourbaki» a Verrières — El internamiento del primer ejército francés en Suiza, el 1 de febrero de 1871
Published online by Cambridge University Press: 29 January 2010
Extract
«El ejército está listo, no le falta ni un botón de la polaina», declaró el Mariscal Leboeuf, ministro de la Guerra de Napoleón III, cuando se votaron los créditos necesarios para la movilización.
Rara vez se ha hecho alarde de tanta ceguera: mal equipado, mal entrenado y, sobre todo, pésimamente comandado, el ejército francés se exponía a sufrir derrota tras derrota. Desde los primeros enfrentamientos, en agosto de 1870, hubo de abandonar Alsacia y Lorena, exceptuadas algunas plazas fuertes (Estrasburgo, Sélestat, Neuf-Brisach, Metz y Belfort), que fueron sitiadas. El 2 de setiembre, Napoleón III capituló en Sedán con 80.000 hombres, arrastrando en su derrota al Segundo Imperio, mientras los prusianos marchaban sobre París.
La República, proclamada el 4 de setiembre, heredó una situación desesperada: París fue sitiada el 18 de setiembre y el Gobierno de Defensa Nacional fue hecho prisionero en la capital junto con sus mejores tropas; Estrasburgo, en llamas, tuvo que rendirse el 28 de setiembre; el 27 de octubre, el mariscal Bazaine capituló en Metz con 150.000 hombres, posibilitando que los prusianos reforzaran el sitio de París, cuya población iba a tener que pasar hambre y, muy pronto, frío.
- Type
- Research Article
- Information
- Copyright
- Copyright © International Committee of the Red Cross 1996
References
1 Benaerts, Pierre, Hauser, Henri, L'Huillier, Fernand y Maurain, Jean, Nationalité et nationalisme (1860–1878), nueva edición, París, Presses universitaires de France, 1968, pp. 198–209Google Scholar.
2 Idem, pp. 209–216.
3 Coronel Édouard Secretan, L'Armée de l'Est (20 décembre 1870–1er féwier 1871), segunda edición, Neuchâtel, Attinger Frèes editores, 1894, pp. 26–48Google Scholar.
4 Idem, pp. 154–315.
5 Idem, pp. 345–498.
6 Idem, pp. 549–550; Documents diplomatiques suisses, (1848–1945), vol. 2, Berne, 1985, p. 497Google Scholar; De Clero, , Recueil des Traités de la France, vol. X, p. 421Google Scholar; The Consolidated Treaty Series, publicado por Harry, Clive, vol. 142, pp. 475–476Google Scholar.
7 Davall, Mayor E., Les troupes françaises internées en Suisse á la fin de la guerre franco-allemande en 1871, Rapport rédigé par ordre du Département militaire fédéral sur les documents officiels déposés dans ses archives, Berna, 1873, pp. 42–44Google Scholar.
8 Secretan, E., op. cit., p. 553Google Scholar. Al comienzo de la campaña, a finales de diciembre de 1870, se calculaba que el ejéircito del este contaba con 120.000 a 140.000 hombres.
9 Davall, E., op. cit., pp. 50–51, 61–62 y 83–87Google Scholar; Secrétan, E., op. cit., p. 575Google Scholar.
10 Secretan, E., op. cit., p. 579Google Scholar. Al abandonar Besançon el 25 de enero, el ejéicito del este había dejado tras sí de 8.000 a 10.000 heridos y enfermos alojados en hospitales y ambulancias improvisados de la ciudad (idem, p. 474). El teniente coronel Davall (op. cit., p. 290Google Scholar) señala que 17.897 internados fueron atendidos en hospitales y ambulancias improvisados; sin embargo, en este número no se incluye a todos los que fueron atendidos los primeros días del intemamiento, de los que no se pudo tomar nota, habida cuenta de las urgencias médicas a las que hubo que hacer frente.
11 Documents diplomatiques suisses, vol. 2, pp. 498–526Google Scholar; Davall, , op. cit., pp. 215–218Google Scholar; Secretan, E., op. cit., pp. 576–578Google Scholar.
12 Davall, , op. cit., p. 263Google Scholar; Secretan, op. cit., pp. 578–579Google Scholar.
13 Davall, , op. cit., p. 263Google Scholar; Secretan, op. cit., pp. 578–579Google Scholar.
14 Davall, , op. cit., pp. 304–311Google Scholar; Secretan, op. cit., p. 579Google Scholar.
15 Otras divergencias relativas al derecho de la neutralidad habían aparecido al corn ienzo de la guerra, cuando Prusia solicitó poder usar las ferrovías de Bé1gica y Luxemburgo para evacuar a los heridos de los combates de Metz y Sedán, Conferencia Internacional de la Paz, La Haya, 18 de mayo-29 de julio de 1899, nueva edición, La Haya, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1907, tercera parte, pp. 87–88Google Scholar.
16 Actas de la Conferencia celebrada en Bruselas del 17 de julio al 27 de agosto de 1874 para pronunciarse sobre las leyes y costumbres de la guerra, De Martens, , Nouveau Recueil général de Traités, segunda serie, tomo IV, pp. 26–27, 90, 162–168, 182–189, 195–197 y 225–226Google Scholar.
17 Artículos 57 a 60 del Reglamento anexo al Convenio sobre las leyes y costumbres de la guerra terrestre, del 29 de julio de 1899, Conferencia Internacional de la Paz, La Haya, 18 de mayo-29 de julio de 1899, primera parte, pp. 30–31, 46–47, 54–55Google Scholar y anexos, pp. 27–28; tercera parte, pp. 22, 37–38, 46–47, 85–88 y 146.
18 V. Convenio de La Haya del 18 de octubre de 1907.
19 Segunda Conferencia Internacional de la Paz, La Haya, 15 de junio-18 de octubre de 1907, Actas y documentos, La Haya, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1907, tomo I, pp. 125, 136–150, 345–346 y 640Google Scholar; tomo III, pp. 33–40, 51–62, 134, 179–185, 241, 246 y 257–267.
20 Segunda Conferencia Internacional de la Paz, La Hay a, 15 de junio-18 de octubre de 1907, Actas y documentos, tomo I, p. 640Google Scholar; versión francesa del Manual del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, decimotercera edición, Ginebra, Comité Internacional de la Cruz Roja y Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, 1994, pp. 322–323Google Scholar.
21 Bonjour, Edgar, Histoire de la neutralité suisse, traducción de Charles Oser, Neuchâtel, La Baconnière, 1970, tomo VI, pp. 41–95Google Scholar; Lasserre, André, Frontières et camps, Le refuge en Suisse de 1933 á 1945, Lausana, Edición Payot, 1995, pp. 150–158Google Scholar.
22 Secrétan, op. cit., p. 557Google Scholar.
23 Lamentablemente, nada se sabe de la existencia de un informe sobre las actividades de la Cruz Roja Suiza durante el recibimiento del ejército del este. Por el contrario, en el informe de la Sección de Neuchâtel, que por razones de situación geográfica fue la primera en socorrer a los internados, se describen las actividades desplegadas de manera espontánea durante el paso de las tropas y de manera organizada durante las semanas siguientes: organización de cocinas a fin de preparar comidas calientes para los soldados de paso, establecimiento de puestos de enfermería para prestar asistencia médica a los heridos y a los enfermos que esperaban ser evacuados hacia los hospitales, alojamiento de muchísimos soldados enfermos o sanos en los edificios públicos o en viviendas particulares, distribución de víveres, ropa, forraje y leña, etc. Société suisse de Secours aux Militaries blessés, Sección de Neuchâtel, Rapport général, 1 de julio de 1871, Neuchâtel, Imprenta de James Attinger, 1871Google Scholar.
24 Meyer, André y Horat, Heinz, Bourbaki, Episoden und Erlebnisse aus der Internierungszeit der Bourbaki-Armee 1871, Berna, Edición Erpf, 1981Google Scholar.
25 Idem, pp. 15–16. El panorama era un modo de expresión artística que tuvo gran popularidad durante la segunda mitad del siglo XIX. Se trataba de un edificio circular con forma de rotonda en cuya pared interior, cubierta por una tela circular pintada, se representaba un paisaje o un acontecimiento histórico excepcional. La pintura debía crear la ilusión de profundidad; el techo y el piso también estaban decorados de modo que el público, que entraba en el panorama por un corredor subterráneo y u n a escalera en espiral que daba acceso a una plataforma sobrealzada ubicada en el medio de la rotonda, se sentía repentinamente transportado al centra del paisaje o del acontecimiento representado. Varias ciudades de Europa occidental tuvieron su panorama y las empresas que los explotaban los enviaban de una ciudad a otra. Este modo de expresión fue sustituido por el cine, del que fue precursor. Algunas rotondas han sobrevivido y nan sido transformadas en teatros, particularmente la de los Campos Elíseos de París. Por lo que sabemos, el único panorama que ha sido preservado y expuesto continuamente desde su creación es el de Verrièeres, en Lucerna. Según testimonios de la época, era también el más bonito.
26 Idem, p. 53. Desde 1872, Édouard Castres se había hecho conocer al exponer en el Salón «L'ambulance dans la neige» (La ambulancia en la nieve)Google Scholar. Su cuadro —una de las primeras representaciones pictóricas de una ambulancia de la Cruz Roja— había sido premiado con una medalla de oro y aclamado por la crítica.
27 Journal de Gèeneve, 28 de setiembre de 1881Google Scholar.
28 Kämpfen-Klapproth, Brigit, Das Bourbah-Panorama von Édouard Castres, 2ª edición, Lucerna, Éditions de la Ville de Lucerne, 1983, pp. 39–47Google Scholar.