En los últimos años, la creciente producción literaria de escritoras cubanas ha arrastrado múltiples y novedosas formas de representación de las subjetividades femeninas, más particularmente, las relacionadas al lesbianismo; tales son los casos de: Marilyn Bobes León, Mercedes Santos Moray, Ena Lucía Portela, Karla Suárez, Anna Lidia Vega Serova, Mariela Varona, Damaris Calderón, Ana Luz García Calzada y, entre otras, Rebeca Murga Vicens. Se trata de un número importante de autoras, si se toma en cuenta la escasa producción de textos de temática lésbica en otros países de la región. Estas escritoras cubanas han abordado la sexualidad femenina desde variadísimas perspectivas, dando lugar a tópicos tradicionalmente relegados y censurados en anteriores textos del periodo revolucionario.

La prostitución, el incesto, la bisexualidad y el lesbianismo son sólo algunos de los temas que han sido representados –con mayor o menor explicitud– en los textos de estas escritoras. Vale destacar que, a menudo, la crítica local ha excluido de sus reseñas las referencias a este tipo de subjetividades sexuales. Varias décadas de recato y compromiso con los lineamientos de la cultura revolucionaria parecerían obstaculizar el surgimiento de otras formas de representación. Sin embargo, la persistencia de la autorreferencialidad nacional ha ido atenuándose hasta rozar, en muchos casos, los bordes de la inexistencia. En su lugar, comienzan a instalarse identidades flotantes que no se adhieren a los lineamientos de “lo cubano” ni a la imagen dominante del cuerpo femenino nacional.