El estudio de las identidades sexuales alternativas en la narrativa cubana reclama el análisis de la formación de la identidad heterosexual (dominante, oficial y reguladora) a partir de la cual se definen (por oposición, adhesión, imitación, parodia o subversión) las primeras. Esta empresa es la plataforma sobre la cual sustento la interpretación de los vínculos existentes entre la construcción de identidades nacionales (la cubanía y el discurso revolucionario) y el reciente derroche de subjetividades sexuales periféricas en la ficción literaria contemporánea. A fin de observar las interceptaciones de ambas construcciones identitarias, propongo una revisión genealógica de representaciones y alusiones a estas identidades sexuales en el contexto cubano.

Subjetividades sexuales a partir del periodo colonial

Aunque las manifestaciones discursivas sobre sexualidades alternativas comiencen a ganar espacios en las esferas públicas a mediados del siglo XIX, es posible reconocer, en textos de años precedentes, juicios condenatorios de fenómenos que comienzan a expandirse en los más importantes conglomerados urbanos. En La nación sexuada, el historiador cubano Abel Sierra Madero recopila varias reseñas aparecidas en la prensa local acerca de manifestaciones de sexualidades periféricas. Tal es el caso del texto “Carta al hombre muger” aparecido en el Papel periódico de La Habana en 1791, cuya autoría es atribuida al presbítero José Agustín Caballero.